Así lo refleja la Encuesta Nacional sobre Violencia y Acoso en el Mundo del Trabajo en Argentina elaborada por la Universidad Nacional de Avellaneda (UNDAV) y la Red Nacional Intersindical contra la Violencia Laboral, con el impulso de la Iniciativa Spotlight, una alianza entre la Unión Europea y las Naciones Unidas por el fin de las violencias de género, e implementada a través de la Organización Internacional del Trabajo.

La encuesta será presentada el 15 de diciembre al cumplirse un año de la publicación de la Ley 27.580, que dio aprobación a la ratificación del Convenio 190 de la OIT sobre la violencia y el acoso en el mundo del trabajo, por parte del Congreso de la Nación.

El objetivo primordial de este trabajo es aportar información sistematizada sobre esta problemática, fortalecer el rol de los sindicatos como actores clave para la prevención de la violencia y el acoso y contribuir a la construcción de políticas públicas para abordarlas y erradicarlas.

La presentación oficial será el miércoles 15 de diciembre, de 11 a 13 horas, en el auditorio – anexo “a” de la Honorable Cámara de Diputados de la Nación (modalidad mixta).

Los resultados de la encuesta reflejan que 6 de cada 10 trabajadores y trabajadoras experimentaron o experimentan alguna situación de violencia en el trabajo, mientras que 3 de cada 10 dijeron padecerla en su actual trabajo. La violencia psicológica es la que mayores menciones acaparó (78% de los casos), seguido de situaciones ligadas a la discriminación (67%), y finalmente, violencia sexual (52%) y física (35%).

La violencia laboral es mayor entre mujeres y personas no binarias, 65,5% y 87,6% respectivamente, mientras que entre los varones el porcentaje alcanza al 43,5%.

La violencia laboral tiene mayor prevalencia en los trabajadores y trabajadoras de más de 30 años y entre quienes poseen mayores niveles educativos. De la misma manera, para el 15,8% de los trabajadores y trabajadoras, las situaciones de violencia aumentaron a partir del inicio de la pandemia de COVID-19, mientras que para el 3,3% aparecieron por primera vez durante ese momento.

La encuesta corroboró que la violencia en el ámbito laboral se ejerce mayormente desde posiciones jerárquicas, amparada en las asimetrías de poder. Según los datos, los superiores jerárquicos ejercen, en mayor medida, violencia psicológica, discriminación y comentarios sexistas, mientras que los usuarios, clientes y pacientes, tienen un rol prioritario en la violencia física.

Otro dato relevante de la encuesta es que solo 3 de cada 10 personas que sufrieron violencia o acoso en el ámbito laboral realizaron la denuncia y entre estas personas, fueron los sindicatos los que mayormente acompañaron a los trabajadores y trabajadoras en la realización de estos reclamos.

Junto con algunas recomendaciones para las organizaciones sindicales, el estudio llama a la jerarquización de los espacios de atención, consulta y producción de información desde el Estado, a la discusión y elaboración de un marco normativo y a una construcción de redes entre los actores sindicales y organismos oficiales que permitan un abordaje integral de los casos.

Según el Convenio 190, que entrará en vigor en nuestro país el 23 de febrero de 2022, la violencia y el acoso en el mundo del trabajo es un conjunto de comportamientos y prácticas inaceptables, o amenazas de tales comportamientos y prácticas, que se manifiesten una sola vez o de manera repetida, que tienen por objeto, que causen o sean susceptibles de causar, un daño físico, psicológico, sexual o económico, e incluye la violencia y el acoso por razón de género.

Argentina es al día de hoy uno de los nueve países que ratificó esta norma a nivel internacional, la primera en abordar específicamente este tema y en reconocer el derecho a un trabajo libre de violencia y acoso.

La violencia en el mundo del trabajo, un abordaje multicausal

La violencia según el género

Los porcentajes de violencia laboral son mayores en mujeres y personas no binarias: entre los varones, el 43,5% respondió que experimentó violencia laboral, mientras que para las mujeres llega a un 65,5% y al 87,6% para personas no binarias.

En el caso de la discriminación, las mujeres y las personas con género no binario muestran ser los más vulnerables (72,5 y 92,4% respectivamente). La percepción sobre este tipo de violencia, así como la psicológica, aumenta a mayor nivel educativo.

En la violencia sexual también se observan grandes diferencias según el género: las mujeres la sufren en un 59,5% y las personas no binarias en un 83,7%.

La violencia física es mayormente experimentada por quienes no se auto-perciben como varón o mujer (75,9%), en tanto que no se observan mayores diferencias entre los géneros binarios (34,6% en mujeres y 33,9% en varones). Este tipo de violencia no presenta diferencias por rango etario, nivel educativo y sector en la estructura económica.

El 27,4% de las mujeres y el 44,8% de las personas no binarias consideraron que su género autopercibido influía negativamente en el trato recibido, mientras que en los varones, sólo el 5,4% manifestó esta situación.

El género masculino, a diferencia del femenino y de las personas no binarias, mantiene una situación de menor vulnerabilidad en casi todas las variables analizadas.

Los segmentos más jóvenes son los que perciben en mayor proporción que la condición de género influye negativamente entre las mujeres y otros géneros no masculinos en las situaciones de violencia.

Al analizar esta problemática por sector de la economía, en la encuesta puede apreciarse que el género influye negativamente en mayor proporción en el trabajo doméstico (57,7%), en las actividades extractivas (61,7%), en el arte y recreación (47,9), así como actividades profesionales y técnicas (41,8%).

En cuanto a sufrir algún tipo de discriminación cursando embarazos, un 12,1% de las personas gestantes encuestadas manifestó haber transitado dicha situación. El porcentaje de personas que percibieron haber sufrido peor trato y/o discriminación durante el embarazo aumenta a medida que aumenta el nivel de educación, alcanzado llegando al 20,8%.

Por otro lado, el perfil del victimario, cuando se refiere a violencia psicológica, discriminación y comentarios sexistas, suele ser varón en una posición de superior jerárquico, seguido de pares.

La violencia durante la pandemia

En la encuesta también se indaga sobre el impacto que tuvo la pandemia de Covid-19 en la violencia laboral: un 15,8% declaró que las situaciones de violencia aumentaron durante este periodo, mientras que para un 3,3%, aparecieron por primera vez.

Entre quienes dieron cuenta de un aumento, o un surgimiento de situaciones de violencia y acoso, un 84,3% hizo referencia a la violencia psicológica y luego situaciones de discriminación (27,6%), violencia física (9,7%) y acoso sexual (6,3%).

4 de cada 10 personas encuestadas manifestaron que no hubo cambios desde el inicio de la cuarentena, en tanto que 3 de cada 10 expresaron que nunca hubo situaciones de violencia en el trabajo. Sin embargo, casi un 16% declaró que las situaciones de violencia se incrementaron.

Particularmente significativo resulta que en el sector más joven (respecto a los otros grupos etarios) se registra un aumento de las menciones que apuntan a la violencia física, al acoso sexual y a la discriminación.

Si bien cerca de un 13% indicó que las situaciones disminuyeron durante la pandemia, probablemente debido al trabajo remoto o por no tener que concurrir presencialmente a los lugares de trabajo, resulta importante destacar que en el contexto de teletrabajo estas situaciones pudieron mutar en ciberacoso.

No hay que perder de vista que el Convenio 190 de OIT incorpora aquellas situaciones “en el marco de las comunicaciones que estén relacionadas con el trabajo, incluidas las realizadas por medio de tecnologías de la información y de la comunicación” y llama a abordar el ciberacoso como un tipo específico de violencia laboral.

Tipos de violencia por sector de la economía

La violencia psicológica se destaca por sobre las demás entre trabajadores y trabajadoras del sector primario de la economía (ganadería y agricultura) con un 91,5% de respuestas afirmativas, mientras que el sector secundario (industria y construcción) y terciario (servicios, comercio, sanidad y educación) muestran porcentajes menores pero similares: 77,6% y 77,5%, respectivamente.

Desagregando por rubro, puede observarse una gran brecha en los “hogares privados que contratan servicio doméstico” cuyo porcentaje de respuestas afirmativas es de 38%. Las respuestas son variables dependiendo del rubro, pero por lo general superan el 70% de respuestas afirmativas a haber sufrido violencia psicológica.

El porcentaje de los trabajadores y trabajadoras que sufrieron acoso sexual va en aumento junto con el grado de estudios alcanzado. Las personas con título universitario completo son las que reportaron el mayor porcentaje de acoso sexual con un 65,2%, más de 10 puntos por encima de las personas con terciario completo. Es posible que a mayor educación se tengan mayores herramientas y recursos para visibilizar y reconocer este tipo de situaciones.

Contrastando los casos de acoso sexual en relación a la actividad económica podemos notar que tanto el sector primario como el secundario cuentan con los mayores porcentajes de personas que afirmaron ser víctimas de acoso sexual (71,9% y 61,4%, respectivamente).

Los sectores con mayor porcentaje de respuestas afirmativas respecto de la violencia sexual fueron: Agricultura, Ganadería, Caza y Servicios conexos con un 88,3%, Servicios de Salud con 62,1, Actividades Financieras, con 66,4% y Administración Pública con el 61,3%. El resto de los rubros se mantiene por sobre el 40%.

Los datos recolectados sugieren que los trabajadores y trabajadoras que percibieron mayor violencia física son los que se encuentran trabajando en el sector terciario con un 34,9%, y el primario con un 34,7%. Mientras que el 62,1% de las personas en actividades económicas secundarias respondieron no haber padecido violencia física.

Los porcentajes sobre la presencia de este tipo de violencia en todos los sectores se mantiene entre el 22 y el 48%.

En cuanto a las amenazas físicas, o haber recibido golpes, la figura de los clientes/usuarios/pacientes, etc., fue la que emergió con mayor frecuencia que el resto de las posiciones jerárquicas, seguida por los compañeros o pares.

El rol de los sindicatos

El 30% de las trabajadoras y trabajadores encuestados declaró haber denunciado alguna situación de violencia laboral, ya sea experimentada por ellos o por terceros. Los sindicatos fueron los mediadores mayormente nombrados por parte de quienes realizaron denuncias.

Entre quienes no realizaron la denuncia, el 27% indicó que no creyó que el acto de denuncia sirviera de algo y casi el 20% declaró que no le pareció relevante realizarla. Otras menciones que merecen atención son las que refieren al miedo a perder el trabajo (15%) y al desconocimiento de a quién recurrir para realizar la denuncia (13%).

Al consultarles a las personas encuestadas que respondieron a la pregunta sobre denuncias de situaciones de violencia, cuáles consideraban que eran las acciones prioritarias que los sindicatos debían impulsar, destacaron la importancia de formar equipos específicos/interdisciplinarios (31,6%), seguida de la necesidad de elaborar procedimientos y protocolos para atender las situaciones de violencia (30,3%), y un escalón más abajo sobre la necesidad de desarrollar y profundizar acciones de capacitación y sensibilización sobre la cuestión (25,4%).

Como hoja de ruta frente a la violencia en el mundo del trabajo, la acción sindical identificó la necesidad de:

● Promover la conformación de equipos interdisciplinarios.

● Implementar e incrementar la capacitación sindical para el tratamiento de situaciones en violencia y acoso en el ámbito laboral a fin de elaborar y mejorar los procedimientos para su detección y abordaje, especialmente para las que ocupan mandos medios y superiores

● Profundizar las campañas de sensibilización y prevención, como así también difundir los recursos normativos, institucionales y sindicales disponibles.

● Profundizar las acciones de concientización, sensibilización, prevención e intervención sindical particularmente ante la violencia por razones de género.

● Participar del diseño y promover la implementación de protocolos de prevención e intervenciones que involucren al sector empleador.

Para asesoramiento y/o denuncias sobre violencia y/o acoso en el mundo del trabajo

● Oficina de Asesoramiento sobre Violencia Laboral: (011) 4310-5525 o gratis al 0800-666-4100. Sitio web: https://bit.ly/3Ispj8x

● Línea 144 (situaciones de violencias por motivos de género): de manera gratuita las 24 hs., los 365 días, a través de un llamado al 144, por WhatsApp al 1127716463 o por mail a [email protected]. Sitio web: https://bit.ly/3pC2fLF

Acerca de la Iniciativa Spotlight

La Iniciativa Spotlight es una alianza global entre la Unión Europea y las Naciones Unidas para poner fin a la violencia de género. En Argentina, se enfoca en la erradicación de los femicidios. Con el liderazgo de la Oficina del Coordinador Residente, las agencias que la implementan en el país son: OIT, PNUD, ONU Mujeres, UNFPA, UNICEF y UNODC.

 

Fuente:https://laciudadavellaneda.com.ar/6-de-cada-10-trabajadores-as-sufrio-situaciones-de-violencia-laboral/?fbclid=IwAR3E4ZDbuOsT2_mw0skVJ8RrvltY64wXjrQIWZjj5a0eU7Ig0OPZms4VEzA