Cada vez más empresas piensan en desprenderse de sus oficinas y concentrar parte de sus empleados en la modalidad de teletrabajo. LPO pudo saber incluso que edificios pensados para uso comercial se convertirán en viviendas.
La pandemia cambió los hábitos de millones de trabajadores y en muchas empresas adoptaron la modalidad de home office, que antes estaba reservada solo para algunos días por semanas.
“Hay bancos de primer nivel que piensan en desprenderse de edificios porque son muchos y dejan a la gente trabajando en sus casas”, comentó una fuente del sector inmobiliario. Según supo LPO, una entidad financiera liberará dos terceras partes de sus oficinas y buscará que los empleados trabajen desde su casa.
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El fenómeno no es exclusivo de la Argentina, en la ciudad de Nueva York ya hay planes para reconvertir oficinas en viviendas residenciales. En 2019 la demanda de oficinas superó el nivel de 2001 en Manhattan, pero tras la pandemia los especialistas creen que, si bien no desaparecerán, las búsquedas bajarán de modo considerable. El caso de We Work es emblemático: las acciones de la compañía cayeron en paralelo al aumento de empresas que implementaron el teletrabajo.
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Además de recortar los gastos de las empresas, el cambio puede llevar a que Nueva York solucione sus problemas habitacionales, una crisis que lleva varias décadas: muchos edificios destinados al uso comercial pasarán al mercado de vivienda.
“Hoy está sucediendo eso, muchas empresas piensan en desprenderse de las oficinas, aunque es muy rápido para hacer una definición taxativa. Las compañías consideran que los empleados trabajan mejor desde la casa e invierten en tecnología para eso. ‘Con menos metros nos arreglamos y los empleados pueden venir con turnos’ es lo que piensan”, explicó a LPO el empresario inmobiliario Rafael Baigún.
Según pudo saber LPO en la Avenida Luis María Campos, un moderno complejo de oficinas que estaba a medio construir se convertirá en residencias de lujo. Los desarrolladores intuyen que la demanda bajará, mientras que las viviendas siguen siendo un negocio en la Ciudad.
Al igual que Baigún, una fuente del sector consultada por este sitio coincide en que habrá que esperar para saber si se concreta o no la tendencia.
“Esto hay que tomarlo con pinzas. Hace no tantos años empezó una tendencia en Estados Unidos. Muchas empresas se volcaron al teletrabajo pero después no funcionó: no es igual estar en el mismo ambiente que tus colegas todos los días que verlos alguna vez por mes”, recuerda un arquitecto que en su momento trabajó con diseños de oficinas para viviendas.
Previendo que la cuarentena será larga, compañías de primer nivel comenzaron a enviarle a sus empleados equipamiento de oficina como sillas, escritorios y módulos de computadoras para que pudieran instalarlo en sus hogares. “Las empresas saben que van a tener home office todo lo que queda del año. Algunas van a turnar a sus empleados para ir a la oficina, pero el grueso será desde la casa”, dijeron.
En la Ciudad también están analizando cómo será la pospandemia. El ministro de Desarrollo Económico José Luis Giusti se reunió con representantes de distintos sectores para diseñar protocolos que permitan abrir locales comerciales como hoteles o restaurantes cuando pase la pandemia.
En el gobierno porteño saben que el regreso a la “nueva normalidad” implicará cambios en la operatoria de varios rubros y por eso organizaron conferencias con ciudades europeas que ya atravesaron la crisis. Tapabocas en restaurantes y mayor distancia entre clientes serán habituales en la gastronomía, creen.
Además cambiarán los protocolos en los hoteles en cuestiones tales como el lavado de sábanas hasta la higienización de los baños y cuartos.