Uno de los inconvenientes financieros que se han presentado a lo largo del tiempo a los diferentes gobiernos, es el pago de una bonificación que tienen los trabajadores municipales, una vez que se jubilan.
Esto se genera porque en el estatuto que rige desde 1988 para todos los trabajadores de la Comuna, está contemplado en su artículo 38, que “al obrero y empleado municipal que se acoja a los beneficios de la jubilación, se le acordará al retirarse, una bonificación de acuerdo a la siguiente escala: a) Con un mínimo de diez años de antigüedad, diez sueldos de categoría 16. B) De once a veinte años de antigüedad, diez sueldos de categoría 19. C) De 21 años de antigüedad, diez sueldos de categoría 22”.
Desde ya, que este beneficio, nada tiene que ver con la jubilación tradicional que abona el Estado Nacional en forma mensual.
Ante este escenario, el gobierno municipal envió una propuesta al Concejo Deliberante, para crear un gravamen que contemple esta erogación.
Al respecto, el secretario de Hacienda, Diego Quintana, expuso a El Cordillerano: “Eso quizás cuando se planteó, los empleados eran relativamente jóvenes y los valores nominales bajos. Hoy tenemos un plantel significativamente mayor y los valores nominales de los sueldos son complejos. Hoy una gratificación de un empleado que no tenga un cargo directivo o una función jerárquica, percibe cerca de un millón de pesos. Aunque hay casos superiores”.