“La pandemia de COVID-19 ha puesto de relieve las deficiencias existentes en los
sistemas de salud y cuidados, revelando una profundización de las desigualdades de
género y sociales ya existentes. Dichas desigualdades se ven amplificadas por
amenazas a la paz, la democracia y los derechos humanos, así como por las crisis
económica y medioambiental y la emergente crisis alimentaria. Las mujeres, en toda
su diversidad, están excesivamente representadas en el trabajo informal y en formas
irregulares de empleo, y resultan afectadas de manera desproporcionada y
recurrente por la violencia de género y la discriminación, así como por sistemas
entrecruzados de opresión en base a su clase, origen étnico, raza, estatus migratorio,
orientación sexual e identidad de género”
Así comienza la Declaración apoyada por la CSI – Confederación Sindical Internacional y los Global Unions (Sindicatos Globales): ICM – Internacional de Trabajadores de
la Construcción y la Madera, IE – Internacional de la Educación, FIP – Federación
Internacional de Periodistas, ITF – Federación Internacional de los Trabajadores del
Transporte, UITA – Unión Internacional de Trabajadores de la Alimentación,
Agrícolas, Hoteles, Restaurantes, Tabacos y Afines, ISP – Internacional de los
Servicios Públicos, UNI Global Union – Union Network International, FITH –
Federación Internacional de Trabajadores/as del Hogar.
La Declaración fue emitida con motivo del próximo y sexagésimo quinto período de sesiones de la Comisión de la Condición Jurídica y Social de la Mujer (CSW65), la cual tendrá lugar del 15 al 26 de marzo de 2021 en la Sede de las Naciones Unidas en Nueva York.
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