Por esta tarea, también por las tantas que realizamos los trabajadores municipales en las 2190 Municipalidades de nuestra Argentina, debemos ser reconocidos por los gobernantes de turno y fundamentalmente por nuestros vecinos. Somos los primeros en acudir ante un temporal o una catástrofe, una erupción volcánica, etc, junto a las y los trabajadores de la salud (en la mayoría de los casos también son municipales), la policía y/o los bomberos, y somos los últimos en retirarnos, pero muchas veces debemos soportar el desprecio por nuestro trabajo cuando un segmento de la sociedad nos trata de vagos o que no servimos para nada. Términos durísimos que muchas veces son masificados por una parte de la prensa, tal vez motorizada por algunos políticos. Nuestros salarios distan mucho de alcanzar la canasta alimentaria que hoy ronda los $46.000.-, seguramente no serán los mismos números en nuestra Patagonia pero la relación precios – costo de vida, contra el valor adquisitivo del salario, conforman una fórmula negativa para los trabajadores dejándonos con posibilidades acotadas para tener un nivel de vida familiar digno. Que quede bien claro, las y los trabajadoras/es municipales no administramos las municipalidades, no realizamos ni ejecutamos los presupuestos anuales, solo cumplimos con las políticas de gestión que emanan de los departamentos ejecutivos y los Intendentes. Muchos de los 2190 municipios tienen sus cuentas en rojo, no solo hoy, producto de la pandemia, sino de años de malas gestiones contrarias a la clara administración que deben realizar los Intendentes. Somos quienes damos la cara con nuestros vecinos y hacemos el trabajo que los funcionarios nos requieren. No nos merecemos ningún destrato ni ninguna agresión escrita, verbal y/o física como ocurrió hace unos días en Baradero, Pcia. de Bs. As..
Daniel Ferro
Coordinador Consejo Directivo Nacional
CONFEDERACIÓN de TRABAJADORES MUNICIPALES
de la REPÚBLICA ARGENTINA (C.T.M.)
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